P. FUERTES / Teruel
El hispanista Trevor J. Dadson, en la sede de la Obra Social y Cultural de la CAI en Teruel. DIARIO DE TERUEL / MARIBEL CASTRO
El hispanista Trevor J. Dadson ofreció en Teruel una conferencia sobre la asimilación de los moriscos a partir del estudio realizado sobre los moriscos del municipio manchego de Villarrubia de los Ojos.
-¿Fue real la asimilación de los moriscos?
-En algunos casos sí. Uno de los problemas con los moriscos es la tendencia a hablar como si fuera un grupo homogéneo y no lo fue. Los moriscos aragoneses, castellanos, valencianos o murcianos no eran lo mismo. Eran comunidades diferentes igual que hoy reconocemos que hay diferencias por ejemplo entre catalanes y gallegos. Somos incapaces de aceptar que había diferencias también entonces entre los moriscos de Valencia y los de Castilla. Según los grupos, unos iban más avanzados que otros en el camino de la asimilación. La buscaban activamente porque se daban cuenta que tenía muchas ventajas. Ser cristiano a principios del siglo XVI en España tenía muchas ventajas: podían viajar, llevar armas, votar en las elecciones, acceder a puestos en los Ayuntamientos, ser ciudadanos plenos.
-En el caso de Aragón, ¿qué caracterizó a los moriscos?
-Su situación también era muy variada. En algunos pueblos la asimilación fue mayor que en otros. En algunos casos no había tanta diferencia entre cristianos viejos y nuevos pero en otros sí por intereses. A muchos señores no les interesaba que se asimilaran, porque preferían una mano de obra barata y controlada. En otros lugares los señores eran más avanzados y modernos y pensaban que tener una población mudéjar asimilada era una cosa muy buena, como ocurrió en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real), el pueblo que he estudiado.
-¿Cuáles eran las principales ocupaciones de los moriscos aragoneses?
-Eran hortelanos, trabajadores del campo, como en casi toda España. También había arrieros. En Castilla había artesanos, sastres, tejedores, herreros, y supongo que en Aragón también. Vivían en el mundo rural. Lo interesante que descubrí en Villarrubia y que también estoy descubriendo en otros pueblos de La Mancha es que cuando los moriscos llegaban a asimilarse y alcanzar cierto nivel cultural tomaban el camino de la educación que recibe la mayoría para integrarse. Igual que ocurre hoy en día. Los moriscos enviaban a sus hijos a las universidades de Alcalá de Henares y de Toledo y estudian derecho y teología para poder tener poder.
-¿Llegaron a tener poder?
-Sí, en caso de Villarrubia por ejemplo la mitad de la población era morisca y había moriscos abogados que no perdían un pleito. Había también clérigos y por eso resistieron el bando de expulsión y volvieron una y otra vez. Me consta que eso pasó en otros sitios, pero como no se ha creído en la asimilación no se ha buscado esa relación.
-Una vez que fueron expulsados a otros países, tampoco fue fácil la adaptación a los países de acogida, ¿ Cuáles fueron las mayores dificultades?
-Fue traumático para ellos, porque supuso la destrucción de familias enteras. Se separaron padres de hijos, esposas de esposos, porque algunos se pudieron quedar en España, si eran mayores o estaban enfermos... Luego, actuaron como un imán para que muchos volvieran, porque estaban en una situación extraña: echados de España por no ser cristianos y en el otro lado del Mediterráneo recibidos como herejes, y en muchos casos los matan en las playas.
Fuente: diariodeteruel.es
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