La investigadora Olatz Villanueva encabeza en la Universidad de Valladolid un proyecto de recuperación del patrimonio histórico, artístico y cultural morisco en Túnez, el legado dejado por los musulmanes expulsados de España en 1609, que se está desarrollando en colaboración con el Institut National du Patrimoine de Túnez, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID) del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. Su fin último es convertir este patrimonio en un bien turístico y de ocio para el desarrollo socioeconómico de las poblaciones de Túnez con gran implantación morisca.
En el proyecto se trabaja en la creación de una serie de modelos específicos que sirvan para reconocer y trazar las líneas de actuación en materia de protección y de puesta en valor del patrimonio morisco. Como ejemplo está la propuesta de recuperar y potenciar la artesanía de las chechías -sombreros o bonetes rojos que aún llevan muchos tunecinos- que introdujeron los moriscos en Túnez y cuya fabricación está en manos, aún hoy, de sus descendientes y ha sido una de las industrias que mayor riqueza ha dado al país. Sin embargo, actualmente esta industria se debate entre la tradición y el progreso y su futuro es incierto, de ahí que se deba adaptar a las nuevas demandas para que no se pierda. Junto a ésta, el equipo también trabaja en la creación de un Centro de Interpretación para divulgar el patrimonio inmaterial morisco, que podría establecerse en la villa de Testour, una localidad que ofrece al visitante una visión más parecida a la de un pueblo de Castilla que a una población árabe.
En esta aventura están involucrados arquitectos, historiadores y arqueólogos de las dos instituciones, de los cuales seis proceden del instituto tunecino (INP), encabezados por Abdelhakim Slama Gafsi, y otros siete de la Universidad de Valladolid, entre los que se encuentran además de la historiadora y arqueóloga Olatz Villanueva, investigadora Ramón y Cajal, los arquitectos Darío Álvarez, Miguel Ángel de la Iglesia y María Josefa González Cubero, y los historiadores integrados, como Villanueva, en el Grupo de Investigación Reconocido (GIR) "Agua, espacio y sociedad en la Edad Media", Juan Antonio Bonachía, María Isabel del Val y Juan Carlos Martín Cea, este último coordinador del GIR. Con ellos, trabajan como colaboradores los becarios de la Escuela de Arquitectura de la UVa Sagrario Fernández, Marta Muñoz, Carlos Rodríguez, Pablo santos y Flavia Zelli.
El proyecto se enmarca en la línea de cooperación hispano-tunecina, ya iniciada por la investigadora de la UVa hace unos años y que amplió el pasado año con el Institut National du Patrimoine. De hecho, la investigadora por el Programa Ramón y Cajal Olatz Villanueva se especializó en la cultura mudéjar de la Cuenca del Duero y de ahí se adentró en conocer a los últimos musulmanes de Valladolid, que llegaron a cifrarse en torno a los mil moriscos, lo que le llevó a sus investigaciones del patrimonio morisco en Túnez. En el país africano entabló sus primeras relaciones con el investigador Slama Gafsi, del Institut National du Patrimoine de Túnez, y actualmente coordinador del Plan en este país.
Fuente: Universidad de Valladolid
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