Traducción del francés: José Urbano Priego
Los últimos siglos de la España musulmana y los progresos de la reconquista española llevaron, en distintos períodos, antes y después de la caída de Granada, a grupos de musulmanes, o incluso poblaciones enteras, a dejar la Península Ibérica hacia las muy cercanas orillas africanas. Aquí han creado ciudades o pueblos agrícolas. Por otra parte, se integraron en la gran ciudad africana, o bien se apiñaron en ella en las zonas extramuros.
Es sobre todo, en el siglo XVII, tras el decreto de 1609 por el cual el rey Felipe III expulsaba de España a todos los moriscos (los musulmanes cristianizados), cuando se verá descargar sobre nuestras orillas cientos de millares de emigrantes. Testigos y artífices, en su país de origen, de una civilización especialmente fina, estos moriscos iban a transformar muy profundamente los usos de los autóctonos. Su discurso, su cocina, su vestimenta, su comportamiento comercial y artesanal, hasta la Arquitectura recibió modificaciones radicales que perduran hasta hoy. Se citará, a continuación los principales enclaves andalusíes.
LE BARDO
Es la transcripción contaminada de la palabra española (el-Pardo) que quiere decir algo así como terreno cubierto de flores. Es conocido que actualmente, el jefe del Estado español ocupa en los alrededores de Madrid el Palacio de El Pardo.
En Túnez, parece que esta denominación aparece en el siglo XIII o el XIV. Obviamente, se trata de un trasplante del mismo objeto en Túnez, sea por la vía de los príncipes hafsíes, quienes, de origen español, habían tenido mandato en España, o por la vía de los musulmanes conocidos en la corte de Túnez, después de la caída de las grandes capitales musulmanas, Córdoba, Sevilla y Valencia, o sea en fin, a través de la colonia española cristiana que vivía en gran número en la capital tunecina.
El Bardo fue, al principio, un palacio en torno al cual se extendía un parque inmenso. En consecuencia, se volvió un centro de gobierno, protegido por potentes defensas, a dos km de Túnez. Pero, sea en la primera época o en los tiempos siguientes, la nota andalusí fue todavía la nota dominante en todos los ámbitos. Hoy los monumentos que permanecen aún de pie dentro del recinto son de estilo hispano- magrebí.
El Museo Nacional del Bardo ocupa un ala del palacio real.
BIZERTA
A sesenta km de Túnez [capital], al noroeste, la ciudad de Bizerta fue ocupada, muy pronto, por los andalusíes que establecieron allí una especie de gobierno republicano. En consecuencia, a principios del siglo XVII, el soberano turco Youssef Day forjó allí una plaza marítima muy importante. Numerosos grupos moriscos, venidos sin duda más tarde, fueron autorizados a instalarse entre el recinto de la ciudad y el de la Kasba, frente al mar, un barrio que se llamó “Hayy Al- Andalous” (Barrio de los Andalusíes) que el uso popular transformó en “Mandleus”. Este barrio existe aún y se caracteriza por un trazado urbanístico en forma de tablero de ajedrez propio de los barrios árabes (las morerías) de España donde los cristianos habían instalado a los antiguos señores del país, después de los éxitos de la reconquista.
GHAR-EL-MELH (La Gruta de la Sal, Porto-Farina)
Situada a una cincuentena de km al oeste de Túnez, entre la capital tunecina y la ciudad de Bizerta, esta aglomeración que los europeos llamaron Porto Farina, fue, al principio del siglo XVII, adaptada por el soberano Youssef Day, como ciudadela marítima con escasos efectivos: los moriscos expulsados por Felipe III de España. Tres grandes fortines aún existentes defienden la ciudadela, cuya amplia cuenca alberga los almacenes marítimos. En el siglo pasado [XIX], el príncipe Ahmed Bey realizó nuevas remodelaciones. Pero el lugar sigue siendo como un bastión andalusí. Antes, las familias llevaban nombres cristianos impuestos por la Inquisición. En la actualidad, se ha vuelto de nuevo a los nombres árabes. Sin embargo, algunas familias conservaron su nombre español, como la familia Christo.
LA GOLETA
Este puerto de guerra recibió, a principios del siglo XVII importantes adaptaciones a las que los moriscos contribuyeron notablemente. Éstos, que habían servido en la marina española, se encontraron de la noche a la mañana, expulsados de su país. Vinieron pues a ofrecer sus servicios, su competencia y su experiencia profesional a los reyes de Túnez. Ellos hicieron de La Goleta, Ghâr el-Melh (ex-Porto-Farina) y Bizerta, las tres grandes bases de la potencia turca en el centro del Mediterráneo.
MAJAZ-EL-BAB
Situado a sesenta km por la carretera de Túnez a Kef, Madjez-El-Bab es un centro andalusí instituido en el siglo XVII sobre los bordes del río Mejerda. El puente que une las dos orillas del pueblo es una réplica en pequeño del puente de Córdoba. Centro a la vez comercial, artesanal y rural, Majez-El-Bab conserva aún su trazado original en forma de damero y las características de la arquitectura simple pero típica del Algarve español, o Extremadura.
SOLIMAN
A treinta km, al sureste de Túnez [ciudad], el pueblo de Soliman atrae desde lejos la mirada por el alto alminar que brota de los tejados de pabellón, cubiertos con tejas redondas, de la gran mezquita del lugar. Se destacará la escalera interior de este alminar construida curiosamente en caracol sin pilar central. El interior del santuario está construido de la manera más simple, excepto el mihrab que lleva una decoración muy elaborada. Sobre una inscripción colocada a la izquierda, se lee un largo texto de fundación donde se precisan los bienes inmuebles procedentes de habices constituidos como recursos permanentes necesarios para el mantenimiento de la mezquita. Se tendrá en cuenta por lo demás, la forma de tablero del plan [urbanístico] del pueblo. Muchas familias conservan aún su nombre español como R'Chikou (Rey Chico), etc… Una especialidad culinaria particular en el lugar, llamada kouieres, importada de España, sigue haciendo las delicias de los habitantes de la localidad.
TEBOURBA
Situada a treinta km al oeste de Túnez, esta localidad conserva completamente su plan [urbanístico] en forma de damero, muchas de sus casas cubiertas con tejas redondas no esmaltadas y con porches espléndidamente trabajados. En otros tiempos abundaban en algunos mausoleos las cerámicas de tipo andalusí fabricadas en Túnez, hoy en parte sustituidas por placas de mayólica importadas de Europa. La gran mezquita local es una espléndida creación de estilo hispano-magrebí cuyo mihrab adoptó esmeros decorativos. En Tebourba, se sigue llevando nombres españoles como Souria, Térouel, Ouiska, transliteración contaminada de las ciudades de la Península Ibérica: Soria, Teruel y Huesca.
TESTOUR
Ya hablamos de esta concentración andalusí en el capítulo de las “ciudades de arte”. Es uno de los centros más florecientes constituidos por los moriscos sobre el curso del río Medjerba. Era una especie de metrópolis de la región donde residían el representante del gobierno turco y el cadi que imparte la justicia. Organizados para satisfacer las necesidades de toda la comunidad, los gremios profesionales abarcaban casi toda la gama de oficios y la producción de las grandes ciudades. De este modo, uno podía abstenerse de ir a Túnez (setenta y siete km) para gestionar lo que sea, excepto para ir a perfeccionar su instrucción en la gran mezquita Zitouna. Testour es el único centro andalusí que ha conservado aún por completo su aspecto de pueblo español. Las familias que viven allí se llaman aún Bentor (Pintor), Mirichkou (Morisco), Merkikou, Hendili (de Alhendín, cerca de Granada), Zbiss (Llopis), J’Hîne (de Jaén), Marco, etc…
TÚNEZ
De todos los centros donde la influencia de los moriscos actuó en el Magreb es en Túnez, sin duda alguna, donde esta influencia encontró el terreno más propicio para una acción en profundidad. Prácticamente abierto a esta influencia, desde el primer año del Islam español en que los nuevos musulmanes comenzaron a transitar por Túnez [ciudad] y Kairouan, yendo en peregrinación a La Meca y regresando, Túnez debía acoger a estas colonias enteras venidas de España, en particular, en el siglo VII de la Hégira/XIII d.C., a la caída de las grandes capitales musulmanes: Córdoba, Sevilla, Valencia, Murcia, etc… En consecuencia, la caída de Granada y por fin la expulsión definitiva del año 1609 y los años que siguieron, trajeron a Túnez un número incalculable de emigrantes españoles. Instalados como en su casa, estos centenares de millares de personas, honestas, activas y hábiles, supieron dar a la economía tunecina un ímpetu que no conoció quizás nunca antes. Prácticamente, en la capital tunecina, todo se había vuelto “andaluz” porque la gente se hacía llamar Sancho, Karabaka (de la ciudad española Caravaca), Kabadou (de Quevedo), Balma (de Palma), etc… Pero también, se hablaba español y se le hacía hablar a los autóctonos, por la introducción de un oficio: la fabricación de los chéchias (bonetes de lana), donde toda la terminología ha continuado siendo española, hasta el momento actual. Algunos barrios de Túnez se llaman aún Biga (de Vega), Morkadh (de Mercado), Bardou (El Pardo), etc… Esta influencia que se extendía también a la cocina, a las prendas de vestir y al hábitat es aún vivaz en los usos tunecinos.
ZAGOUAN
A sesenta km al sureste de Túnez [ciudad], las últimas escarpaduras de Jebel Zaghouan sirven de base a una aglomeración andalusí que lleva el mismo nombre que la montaña de la cual parece colgarse. Parece que la colonia de emigrantes haya buscado, preferiblemente en terreno plano, un espacio montañoso desde cuya cumbre pudiera supervisar los campos colindantes y los jardines que están bajo las defensas de la ciudad. El plan [urbanístico] siempre en forma de damero, es obstruido aquí un poco por las fuertes cuestas del terreno. Por eso, algunas vías están en escalera. Pero la impresión general que se extrae de una visita a través de la aglomeración de la gente y por la vista de alcance ilimitado es la belleza del paisaje ambiental.
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Fuente: Moriscos
MUY INTERESANTE ARTICULO QUE ACLARA,LO QUE HASTA AHORA ERA OSCURECIDO POR UNA HISTORIOGRAFìA OFICIALISTA,DEPENDIENTE DE LAS INTERESADAS NARRACIONES COLONIALES,SUPUESTAMENTE "CIENTìFICAS".
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