La expulsión de los moriscos tuvo graves consecuencias económicas

El pasado lunes, en la apertura del ciclo de conferencias "IV centenario de la expulsión de los moriscos del Reino de Aragón (1610-2010)" organizada por el Centro de Estudios de Monzón y Cinca Medio (CEHIMO), el catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Zaragoza Gregorio Colás, indicó que la expulsión tuvo graves consecuencias económicas para la sociedad de la época "no porque los moros fueran imprescindibles, sino porque eran muchos y se resintieron la producción y el consumo". El presidente de CEHIMO, Joaquín Sanz presentó al ponente.

La figura del morisco surge en 1502 como consecuencia de la Pragmática Real de los Reyes Católicos que obliga a los españoles musulmanes a bautizarse o abandonar el país. Según Colas, en Castilla no hubo problemas a la hora de cumplir la orden, mientras que en Aragón se arrancó a Fernando II el juramento de no interferir y dejar vivo el estatus "mudéjar". En 1518, Carlos V, a la sazón emperador por llevar también la corona de Alemania, retoma el asunto porque debe enfrentarse a la "rebelión" de Lutero y, según sus asesores, carece de autoridad moral para descalificar a los luteranos (herejes en aquel contexto) porque permite la existencia de infieles (los mudéjares de Aragón, Valencia y Cataluña, y también de Andalucía) entre sus súbditos.

En 1524, el Papa exonera a Carlos V del juramento de dejar tranquilos a los moros y moriscos (algunos veían a éstos como quintacolumnistas en el seno de la Cristiandad), y en 1525 el emperador avisa de sus intenciones a los virreyes de Valencia y Aragón y Cataluña. Tras diversos tiras y aflojas, Felipe III decretó el 9 de abril de 1609 la expulsión de los moriscos (descendientes de musulmanes convertidos al cristianismo). Se decidió empezar por Valencia, donde la población morisca era más numerosa (un 33 por ciento). A principios de 1610 se llevó a cabo la expulsión de los moriscos aragoneses (entre el 16 y el 20 por ciento de la población) y en septiembre de ese año la de los catalanes.

Esta tarde (19,30 horas, Casa de la Cultura), Bernabé Caballero, profesor de Historia del Arte de la UZ, hablará de "La huella morisca: el arte mudéjar"; mañana, Encarna Jarque, profesora de Historia Moderna, de "Los conflictos entre los moriscos y los cristianos viejos"; y el viernes, José Antonio Salas Ausens, también profesor de Historia Moderna de la UZ, sobre la consecuencias demográficas y económicas de la expulsión en el Reino de Aragón.

Fuente: diariodelaltoaragon.es