ALFONS PADILLA DÉNIA
Las iglesias de Beniaia y Pla de Petracos, ambas en la Marina Alta, y la de Xínquer, en la Serra d'Espadà, son casi idénticas y se erigieron en lugares que quedaron despoblados tras 1609
La historiografía está repleta de casualidades. Las obras de restauración que ahora se llevan a cabo en la iglesia de Beniaia, en la Vall d'Alcalà, han permitido descubrir, debajo de los añadidos del siglo XVIII, un templo bien peculiar. "En cada uno de los muros laterales, encontramos la impronta de dos contrafuertes", explicó ayer el arqueólogo y director del museo de Dénia, Josep A. Gisbert. Esa pista de los contrafuertes le hizo evocar a Gisbert otra iglesia hasta ahora rodeada de misterio, la de Pla de Petracos, en Castell de Castells. Está en ruinas y, por su tipología, incluso se había especulado que fuera románica. El arqueólogo comparó la planta rectangular y las características constructivas de ambos templos y descubrió que hablar de coincidencias era quedarse corto. "Son iglesias gemelas, idénticas".
La Vall d'Alcalà y Castell de Castells fueron tierra de moriscos. Los despoblados del primer municipio, hoy declarados Bien de Interés Cultural, simbolizan, con su silencio de siglos, la crueldad de la expulsión de 1609. Mientras, en Pla de Petracos, como indica Gisbert, fue donde el ejército del rey Felipe III levantó su campamento para sofocar la rebelión de los moriscos de la Vall de Laguar.
La iglesia de Pla de Petracos "fue erigida pocos años después de la expulsión de los moriscos para recordar este hecho bélico", explica el arqueólogo, que cree que su primera consagración pudo realizarse incluso cuando las tropas estaban aquí apostadas, es decir, en 1609.
Su templo "gemelo" de Beniaia también se construyó en esos años. Además, esa arquitectura inmediatamente posterior a los moriscos trasciende las montañas de lo que hoy es la Marina Alta. Las investigaciones del arqueólogo de Dénia le llevaron a otra iglesia "hermana" de la del Pla de Petracos y Beniaia. Está en el despoblado morisco de Xínquer (l'Alcúdia de Veo), en pleno corazón de la Serra d'Espadà. "Cuenta con una fábrica, metodología y diseño muy parecidos y presenta analogías ciertamente significativas".
"Una arquitectura singular"
Los "paralelismos" entre estas tres iglesias "nos permiten establecer y sistematizar un tipo arquitectónico singular y específico", afirma Gisbert, que, sin embargo, ya advierte de que será difícil dar con más templos similares, ya que puede haber ocurrido lo mismo que en Beniaia donde las obras realizadas en el siglo XVIII (demolición de los contrafuertes, añadido del coro y el campanario) ocultaron la traza original.
El director del museo de Dénia afirma que de estas tres iglesias "hermanas" la que con más pureza conserva su factura primera es la del Pla de Petracos. Y eso pese a que está en ruinas. "Perdió hace siglos la cubierta, pero la solidez de su fábrica ha hecho que, milagrosamente, perdure. No es difícil imaginar cómo sería su interior, con pilastras de orden clásico que sustentarían una arquivolta en bóveda de cañón. Los contrafuertes corresponden, sin duda, a los arcos fajones que sostenían la bóveda".
El arqueólogo también incide en que esta iglesia forma parte "del mundo de las arquitecturas de los tiempos del rey Felipe III", quien firmó en abril de 1609 el decreto de expulsión de los moriscos. En el orden civil, uno de los edificios más emblemáticos de aquella época es la casa consistorial de Dénia.
Referencias a la batalla de Laguar
La "Coronica de los moriscos en España", de Jaime Bleda y publicada en Valencia en el año 1618, hace referencia al "llano de Petracos" y a las tropas de Felipe III -"soldados del Reyno todos arcabuceros y mosqueteros"- que hostigaron a los moriscos de la Vall de Laguar. "El Pla de Petracos fue uno de los escenarios fundamentales de la guerra", recuerda Josep A. Gisbert. "Era el lugar donde todo el ejército (las milicias efectivas del Reino, las del tercio de Nápoles y de Sicilia) se juntó para acceder a la sierra y presentar batalla a los moriscos". Entonces se debió construir una iglesia (por su tamaño se podría hablar casi de ermita) que hasta ahora estaba envuelta de misterio. Su sobria arquitectura emparenta bien con la de los tiempos de Felipe III. En la fotografía, el arqueólogo muestra la "Coronica de los moriscos de España" y, al fondo, se ve otro edificio destacado de la época, el actual ayuntamiento de Dénia.
La Vall d'Alcalà y Castell de Castells fueron tierra de moriscos. Los despoblados del primer municipio, hoy declarados Bien de Interés Cultural, simbolizan, con su silencio de siglos, la crueldad de la expulsión de 1609. Mientras, en Pla de Petracos, como indica Gisbert, fue donde el ejército del rey Felipe III levantó su campamento para sofocar la rebelión de los moriscos de la Vall de Laguar.
La iglesia de Pla de Petracos "fue erigida pocos años después de la expulsión de los moriscos para recordar este hecho bélico", explica el arqueólogo, que cree que su primera consagración pudo realizarse incluso cuando las tropas estaban aquí apostadas, es decir, en 1609.
Su templo "gemelo" de Beniaia también se construyó en esos años. Además, esa arquitectura inmediatamente posterior a los moriscos trasciende las montañas de lo que hoy es la Marina Alta. Las investigaciones del arqueólogo de Dénia le llevaron a otra iglesia "hermana" de la del Pla de Petracos y Beniaia. Está en el despoblado morisco de Xínquer (l'Alcúdia de Veo), en pleno corazón de la Serra d'Espadà. "Cuenta con una fábrica, metodología y diseño muy parecidos y presenta analogías ciertamente significativas".
"Una arquitectura singular"
Los "paralelismos" entre estas tres iglesias "nos permiten establecer y sistematizar un tipo arquitectónico singular y específico", afirma Gisbert, que, sin embargo, ya advierte de que será difícil dar con más templos similares, ya que puede haber ocurrido lo mismo que en Beniaia donde las obras realizadas en el siglo XVIII (demolición de los contrafuertes, añadido del coro y el campanario) ocultaron la traza original.
El director del museo de Dénia afirma que de estas tres iglesias "hermanas" la que con más pureza conserva su factura primera es la del Pla de Petracos. Y eso pese a que está en ruinas. "Perdió hace siglos la cubierta, pero la solidez de su fábrica ha hecho que, milagrosamente, perdure. No es difícil imaginar cómo sería su interior, con pilastras de orden clásico que sustentarían una arquivolta en bóveda de cañón. Los contrafuertes corresponden, sin duda, a los arcos fajones que sostenían la bóveda".
El arqueólogo también incide en que esta iglesia forma parte "del mundo de las arquitecturas de los tiempos del rey Felipe III", quien firmó en abril de 1609 el decreto de expulsión de los moriscos. En el orden civil, uno de los edificios más emblemáticos de aquella época es la casa consistorial de Dénia.
Referencias a la batalla de Laguar
La "Coronica de los moriscos en España", de Jaime Bleda y publicada en Valencia en el año 1618, hace referencia al "llano de Petracos" y a las tropas de Felipe III -"soldados del Reyno todos arcabuceros y mosqueteros"- que hostigaron a los moriscos de la Vall de Laguar. "El Pla de Petracos fue uno de los escenarios fundamentales de la guerra", recuerda Josep A. Gisbert. "Era el lugar donde todo el ejército (las milicias efectivas del Reino, las del tercio de Nápoles y de Sicilia) se juntó para acceder a la sierra y presentar batalla a los moriscos". Entonces se debió construir una iglesia (por su tamaño se podría hablar casi de ermita) que hasta ahora estaba envuelta de misterio. Su sobria arquitectura emparenta bien con la de los tiempos de Felipe III. En la fotografía, el arqueólogo muestra la "Coronica de los moriscos de España" y, al fondo, se ve otro edificio destacado de la época, el actual ayuntamiento de Dénia.
Fuente: levante-emv.com
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