-¿Dónde comienzan las relaciones entre Qayrawán y Andalucía?
-Cuando se produce la conquista árabe de todo del Norte de África el gran centro es Cartago, que está en el Golfo de Túnez. Las tropas árabes rodean Cartago, fundan Qayrawán y desde ahí conquistan Cartago. Es una ciudad muy unida a la historia de la Península Ibérica. El famoso moro Musa que conquista la Península fue el almirante de la flota que por órdenes de Qayrawán conquista Cartago. Lo que se intenta en esta revista es poner de relieve cuál es la contribución andalusí a la historia de Qayrawán.
-¿Cuál fue esta contribución?
-Al-Ándalus era una provincia gobernada desde Qayrawán hasta la llegada de Abderramán I en el 756, con el Emirato Omeya y después el Califato. Las relaciones continúan. La ruta en los omeyas era de Córdoba a Damasco y esta ruta pasaba inevitablemente por Qayrawán, que enlazaba a su vez con Tombuctú, que estaba más al sur. Esta relación no se para después de la conquista de Granada por Castilla sino que sigue durante la época en que Carlos V gobernó Túnez. Esto continúa cuando los moriscos son expulsados de todo el territorio de la península y buena parte de estos moriscos acaban en Túnez. Ha habido no sólo un intercambio comercial y de técnicas sino también de personas, un proceso que llega incluso hasta la Guerra Civil. En Túnez he conocido gente que embarcó durante la Guerra Civil en Alicante, de los últimos que salieron.
-¿Tienen más presente en Túnez esta historia común que en Andalucía?
-Es algo que se sabe pero que conviene recordarlo todos los días. Allí pasa igual. Además existe una pequeña discusión sobre si ciertas figuras son andalusíes o son de Túnez, gente que nace en Qayrawán y cruza el Estrecho de Gibraltar y al revés. Esto ha pasado durante todas las épocas. Hace dos años se celebró el aniversario de Ibn Jaldún, el gran historiador, y yo al final acabé diciendo que era un andaluz nacido en Túnez, porque los andaluces nacen donde ellos quieren. La gente condenada a galeras, los pícaros de Granada y Sevilla del emperador Carlos terminaban en la Isla de Yerba. Es decir, la idea final es que tanto Túnez como Andalucía formaban parte de un especial intercambio dentro del espacio del Mediterráneo.
-¿En qué momento está esta relación?
-En verdad es como el Guadiana, aparece y desaparece. Cuando llegaron los republicanos que salieron de Alicante en 1939 se encontraron con los moriscos que habían salido siglos antes. Pudo haber conversaciones de este tipo: "¿Cuándo vino tu gente?". "En 1939". "Pues la mía en 1609". Ellos recuerdan sus raíces. Es una cosa lógica. El granadino que vive en Sevilla recuerda que es granadino toda su vida, y esto no significa que no se integre. No son identidades incompatibles, que es la gran lección de Túnez y de Andalucía. No son identidades asesinas, que matan la del otro, sino que son identidades en el mejor sentido de la palabra que se comen la identidad del otro y se integran, siendo imposible determinar dónde termina una y dónde comienza la otra.
Fuente: Granada hoy
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